ESCAPARATE




[
En esta sección se publican muestras de obras inéditas]



RASTREOS POR MIS LINDES
Séptimo rastreo

«En tantos sitios no he tenido casa…»
Yo mismo


Tendría que aceptar que me reprochen

Si es que puede nacer ese reproche
Que siempre haya esperado mucho más que buscado
El amor la alegría la dicha el cumplimiento
Que nunca haya buscado aunque lo haya esperado
Pertenecer a nada
Que haya alterado yo tan poco el orden
A pesar de haber sido tan poco resignado
Pues siempre fue en mi vida incomparable
Lo mucho recibido con lo poco exigido
Nunca fui cazador de la verdad
Sino fiel cuidador de su guarida
Y siempre entre los muchos que poblaron mis días
Quise tener un sitio pero cuidando siempre
De no tener un puesto

Tendré pues que aceptar que me reprochen
Que aun hoy siga queriendo creer sin desdecirme
Que es posible tener lo que no se ha tomado
Que el verdadero don llega sin merecerlo
Que toda gracia es gratis
Que en el instante en que alguien
Logra poseer algo
En ese mismo instante lo ha perdido
Y sólo si en verdad nada poseo
Puede todo ser mío

Y tendré que aceptar también que me reprochen
Hacer mi casa y no tenerla
Llamar mía a la casa que levanto
Dondequiera que llego
Y no a la que he pagado o conquistado
Regalar mi palabra a quien la quiera
Sin pedir más que eso que todo gesto pide
Que toda entrega pide que toda vida pide
Sin pedir más que amor

Aceptar que tal vez es reprochable
No aprender a tener una raíz segura
Una raíz firme y dormida
Que nunca cambia y nunca se desnuda
No asoma nunca afuera
A que el viento la palpe y desordene
Una raíz sin tiempo
Que me permitirá saber cuál es el centro
Y no buscarlo más por las orillas
Que me permitirá escoger mi casa
Saber cuál es el sitio donde guardar mi bien
Y donde quedarán al fin mis huesos

Y sin embargo sin embargo
Siempre supe vivir con el reproche
Si es que puede salirme al paso ese reproche
Y seguir avanzando mientras tanto
Siempre supe estar fuera de los muros
Soñar a campo raso
Regresar a mis viejos campamentos
Fieles a su intemperie
Y acariciar sin añorar festines
Su verdín amistoso

Y supe también siempre que el reproche
Si es que puede escucharse ese reproche
De que nunca haya habido una casa en el mundo
Que me haya sido dada como mía
A nada o nadie puedo dirigirlo
Sino acaso a mí mismo
Y tampoco a mí mismo lo dirijo
Aunque bien sé que ese reproche siempre
Ha de acecharme en algún sitio.

Agosto 2010




DISPARADERO

[Aquí se publican comentarios de actualidad, ocurrencias del momento y otros textos informales] *

Cartas Cabales

["Cartas cabales" es el título de una columna periodística que mantuve en La Jornada de México durante 1994 e intenté reanudar después varias veces. Son cartas a un personaje imaginario, cuyo nombre es un obvio anagrama. Una recopilación parcial que abarca tres años apareció en México en 2010.]



MODOS VERBALES

Querido Matías Vegoso:
Por mucho que se haya publicado en Le Monde, el artículo del tal Lagasnerie que me recomiendas no es que no me convenza, es que me parece un compendio verdaderamente modélico de todas las trampas y bajezas argumentativas que puede uno encontrar en esa clase de debates. Yo pienso que la ironía y la sorna no están excluidas de los debates de ideas, pero recurrir a la burla y la mofa en lugar de los argumentos me parece francamente innoble. Este artículo utiliza además para esa desdeñosa descalificación del contrincante un procedimiento particularmente solapado: el uso, tan francés, de verbos en condicional, que es el modo verbal de no pillarse los dedos. Es fácil imaginar su sonrisa de superioridad cuando nos dice que para los críticos del neoliberalismo “es todo el orden social lo que quedaría sacudido por ese irresistible mar de fondo.” ¿Quedaría sacudido? ¿Por qué no queda sacudido? Con ese condicional, insinúa sin mancharse los dedos que la idea es ridícula y arbitraria. Por supuesto, no da el menor argumento para mostrar lo infundado de la opinión de que el neoliberalismo corroe, no corroería, el orden social. Se limita a sorprenderse de que tantos intelectuales repitan casi idénticamente unas cuantas ideas sobre el tema. Hombre, en el siglo XVIII muchos intelectuales repetían machaconamente la idea de que no está bien que los amos flagelen a sus siervos. Hoy ya no se repite tanto esa idea, ¿por qué será? Si los mercados dejaran de flagelarnos, a lo mejor los intelectuales dejarían de repetir con tanta falta de originalidad que eso no está bien.

Pero estas trampitas y hábiles escurrimientos de bulto no impiden adivinar adónde quiere llegar. Después de insinuar, otra vez en condicional y otra vez sin ningún argumento, que lo que pasa es que los que critican el neoliberalismo tienen nostalgia de “la obediencia a la moral, a la religión, al Estado, a la política, etc.”, nos va revelando con más y más franqueza que su postura consiste, cómo no, en una defensa de la “libertad”. Se ve que lo que esos inconformes añoran no es en realidad la moral, la iglesia, el Estado o la política, todo lo cual va en el mismo saco, sino la obediencia, que no es otra cosa que odio a la “libertad”. La obediencia a los mercados en cambio no se discute, ésa no es enemiga de la libertad, en todo caso sería, para esos criticones, así porque sí, la única obediencia inaceptable. Caprichos de esos nostálgicos.

Pero fíjate en la insidia del seudoargumento final. Para esos criticones arbitrarios, es (otra vez un condicional) “como si el peligro del neoliberalismo residiera en el hecho de que, por su causa, los individuos … gozaran … de una mayor posibilidad de escoger la vida que quieren vivir (subrayados suyos). ¿Te das cuenta? Si hay tantos intelectuales despistados que critican el neoliberalismo, es porque no soportan que los individuos tengan la posibilidad de escoger. ¿No te suena un poco a Esperanza Aguirre? Privatizar la educación es para que los padres puedan escoger. Y la salud, es para que los enfermos puedan escoger. Siempre que tengan con qué pagar a la empresa que escogen, pero ¿quién ha dicho que quien no tiene fortuna tenga derecho a algo, como diría Quevedo? Demagogia, querido Matías, demagogia. Y a continuación (¡agárrate!) nuestro articulista equipara sin más esa enfermiza y servil obediencia que añoran los inconformes con la que propone… ¡Benedicto XVI!

Y el círculo queda cerrado. Un lector distraído se queda con la impresión de que en los miles de páginas de crítica al neoliberalismo que circulan entre nosotros no hay ningún argumento, no hay más que la nostalgia puramente ideológica de una supuesta coherencia social que el neoliberalismo habría atropellado. Así, nuestro autor no tiene por qué discutir unos argumentos que no existen. Y entonces la única idea de todo el artículo que podría tomarse como un argumento es increíblemente infantil. ¿Cómo dicen esos cascarrabias que el neoliberalismo disuelve los lazos sociales? ¿No han observado cómo bajo su preponderancia se han multiplicado los grupos de interés, las banderías identitarias o sectarias y otras aglomeraciones que reclaman toda clase de ventajas? ¿Acaso esos grupos no son cohesivos y solidarios entre sus miembros? Y entonces la propuesta de “reconstruir (subrayado suyo) el ‘lazo social’ … bien podría no ser (otra vez en condicional) sino un esfuerzo reaccionario por anular una de las características principales de las sociedades democráticas: la individualización y la diferenciación de los modos de vida, y la proliferación de las movilizaciones minoritarias.” Vaya, hombre, ¿en qué estábamos pensando? La coherencia social no depende de si las individualizaciones y diferenciaciones y movilizaciones se desgarran o no unas a otras y se imponen o no las unas a costa de asfixiar a las otras. Cada una de esas diferenciaciones y movilizaciones tiene su propia coherencia social interna y la solidaridad o cohesión con otras o con el conjunto no viene al caso. Si un mafioso mata a un hombre, puede uno pensar que no debe de ser muy solidario con otros individuos, pero si lo matan entre veinte, sin duda esos veinte son fuertemente solidarios los unos con los otros. Sólo un intelectual lleno de prejuicios reaccionarios puede afirmar que una sociedad que tolera y fomenta esa clase de solidaridad es una sociedad insolidaria. Porque la idea de que son justamente el neoliberalismo, la globalización y la desigualdad los que estorban la diferenciación de modos de vida, ésa ni se discute.

Bueno, querido Matías, bien podría yo enviarte un cariñoso abrazo,
T. S.








EL TIEMPO EN LOS BRAZOS

[Este título recubre los cuadernos de notas (no un diario) que he ido llenando desde mi primera juventud, y que ahora está publicando la editorial Pre-Textos hasta el año 2007; los cuadernos subsiguientes van apareciendo aquí, en principio tres veces al año]

* * *


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julio-septiembre
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8 DE JULIO A vueltas con la más-que-crisis.

Hasta hace poco, todas las imágenes de a historia moderna de Occidente tenían un aire de familia. De Marx a Benedetto Croce, todo el mundo compartía por lo menos la impresión de cierta orientación de esa historia, un camino que, a través de dificultades, luchas, retrocesos y traspiés, avanzaba sin embargo hacia cada vez más coherencia y lucidez. Puede enfocarse esto como una cuesti´n de legitimidad. El balance en u.tima instancia positivo del progreso justificaba la historia. Incluso los marxistas más dogmáticos admitían (ventajas de la dialéctica) que aunque el capitalismo burgués era ilegítimo, su advenimiento como momento dialéctico era tan legítimo como la historia misma en su conjunto. En todo caso, el escollo del marxismo real, como la historia acabó por mostrar, era la tentación totalitaria: finalmente la historia dio la palma a la democracia y nadie pudo ya dudar de que sin democracia no hay justicia posible.

De modo que abreviando muchísimo podemos decir que hasta hace poco todo el mundo pensaba que el camino de la democracia era un buen camino. Muchos ex dogmáticos empezaron a pensar que el lado bueno del marxismo fue que históricamente acabó por contribuir a las conquistas de la sociedad del bienestar, hija radiante del capitalismo y la revolución, ambos con rostro humano.

Ahora: si en el proyecto de la sociedad del bienestar o democracia social, la democracia y el socialismo, el capitalismo y la revolución podían celebrar unas bodas pacíficas y razonables, era bajo la égida de cierta legitimidad. En es proyecto o se modelo de sociedad, está implícito que es legítimo el beneficio, pero no cualquier beneficio. Aunque esa ideología no era explícita, puesto que era una ideología, el comportamiento de los partidos, los gobiernos y los programas muestra que se daba por sentado que el beneficio tenía un límite, que era el bien social.

Lo que sucedió a fines del siglo XX, con la ideología de los neo-con, de Nelson Friedman y del FMI, con las políticas de Reagan y Thatcher y la cobardía de Europa, es que el beneficio dejó de tener un límite; desde entonces el beneficio no necesita legitimarse o es lo único legítimo y su legitimidad es absoluta. Eso significa la sumisión de los Estados al mercado. La globalización podría o debería consistir en que por encima de los Estados está la comunidad de los Estados; el la realidad consiste en que por encima de los Estados está lo que no obedece a los Estados: el beneficio sin ley, la especulación.



BISUTERÍA

[Con este título he ido recogiendo varios tipos de juegos poéticos, divertimentos, ingeniosidades e improvisaciones, y bajo el mismo han aparecido ya tres ediciones: En la Imprenta Universitaria, México, en 1980; en edición casera del Taller del poeta, alrededor de 1995-2000; y en Ediciones Sin Nombre, México, en 2006. Aquí se darán esprádicamente algunos inéditos o alguna muestra.]





ADIVINANZA

Ante la crisis famosa,
nada hay que más risa cause
que alguna opinión de alguno,
salvo quizá la chistosa
opinión de Fulanito.
Es fácil adivinar
por qué preferí dejar
algunos versos sin rima:
¡La que me caería encima
si se me ocurre rimar!

27 jul 11

Novedades

Libros de publicación reciente:

Recobrar el sentido (ensayos), Trotta, Madrid, 2005.
Zamora bajo los astros
(drama en verso), Ediciones Sin - --- - -Nombre, México, 2005.
Sonetos votivos, Ediciones Sin Nombre, México, 2005.
Bisutería (juegos poéticos), Ediciones Sin Nombre,
--------- -México, 2005.
Llegar (poemas 2003-2006), Ediciones Sin Nombre,
--------- -México, 2007.
Llegar (poemas 2003-2006), Pre-Textos, Valencia,
2007.
Miradas al lenguaje
(recopilación; pról. de J. L. Pardo), -- - - -El Colegio de México, México, 2007.
Sobre exiliados (recopilación; pról. de J. M. Espinasa), -- - - -El Colegio de México, 2007.

Traducciones

William Shakespeare, Hamlet, Norma, Bogotá, 2002.
Jean Racine,
Atalía, Ediciones La Rana, Guanajuato, 2005.

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La institución Alfons el Magnànim de Valencia ha publicado tres traducciones de una selección de poemas (Desnudeces) de T. S.:

trad. italiana de Emilio Coco, 2006;
trad. francesa de Jean-Claude Rolland y Daría Rolland----- - - - Pérez, 2007;
trad. valenciana de Emili Casanova, 2007.

Alfons el Magnánim

Última hora

Siempre todavía (poemas), Pre-Textos, Valencia, 2008.

Siempre todavía, Ediciones Sin Nombre, México, 2008.

El tiempo en los brazos. Cuadernos de notas (1950-- - -- - - -1983), Pre-Textos, Valencia, 2009.

La voz de Tomás Segovia (libro-disco), - -Residencia de Estudiantes, Madrid, 2009.

Cahier du Nomade (anthologie, sél. de Philippe Ollé- - -Laprune, trad. de Jean-Luc Lacarrière), Gallimard, - -Paris, 2009.

Novedad

Aluvial (poemas 2007-2008), Pre-Textos, Valencia, 2009.

Aluvial, Ediciones Sin Nombre, México, 2009.

Hamlet de William Shakespeare, trad. de T.S., UAM/Ediciones Sin Nombre, México, 2009.

Être au monde, être en exil, être en amour (antología, selecc., trad. y prólogo de Thomas Barège), Editions Publibook, Paris, 2010.

Cartas de un jubilado ("novela"), Ediciones Sin Nombre, México, 2010.

Cartas Cabales (notas), Ediciones Sin Nombre, México, 2010.

Estuario (poemas), Ediciones Sin Nombre, México, 2010.